Convivir con un alcohólico, es convivir con demonios que tienen impedido a quien los posee e impedirán a quien se les acerque
Cuando el alcohólico es padre, los familiares reflejan el maltrato sufrido como sistema familiar; alcoholismo secundario, obesidad, etc.
Amar a un alcohólico es como intentar amar el cianuro; corrosivo, deteriorante, consumidor, destructivo
Ser hijo de un alcohólico, resulta en aprender que el amor y la protección parental vienen de la mano de profundos dolores y desconfianzas
Hacer pareja con un alcohólico, se traduce a una autoestima debilitada; donde el yo está en segundo plano, para salvar o acompañar al otro
Un alcohólico da: inestabilidad, ansiedad, desconfianza, agresividad, defensividad, violencia, abandono, rechazo
El sistema familiar de un alcohólico, hace reflejo de su malestar. Esposa ansiosa probablemente obesa, hijos inseguros y defensivos.
Frente a un alcohólico, la convivencia se torna en un batallar, anularse o huir; combinadas y luego desde el principio otra vez
Un alcohólico progenitor es emblema de enfermedad e inconsciencia; como hijo no esperes conseguir en este paz o bienestar
Un alcohólico progenitor es símbolo de autocrítica, rechazo, auto-compasión y frustraciones acumuladas
Un alcohólico progenitor, habla de un matrimonio o pareja dependiente, intentando ocultar las carencias de uno con las carencias del otro
Hacer pareja con un alcohólico habla de apalancar las fallas y esperar que falta y falta den completud. Algo así como que – y – dan +
Un alcohólico es un sujeto enfermo, sin mayor maquillaje y sin menor excusa; pero es interesante ver quien decide pararse a su lado
En un sistema familiar donde padre o madre es alcohólico, la certeza de ser amado a plenitud y la confianza de estar protegido no existe
Quien convive con un alcohólico, no está, se bloquea, está preparado para defenderse, está herido. No hay descanso, no hay paz
El alcoholismo es una enfermedad que potencia la inconsciencia e impulsividad emocional; Patología que se reproduce con quienes convive
Un alcohólico tratará tu autoestima como trata este la suya, destruyéndola, deteriorándola, golpeándola con cada trago
Un alcohólico no sabe de prosperidad, por el contrario sabe de caos, conflicto, dolor y vergüenza
El grupo familiar del alcohólico hace equipos que luchan por sobrevivir; auxiliándose y batallando a la vez; entre sí y con el enfermo
Convivir con un alcohólico no tiene forma ni manera; o tratas como un enfermo o te enfermas
Se desprenden problemas psicológicos graves en hijos con padres alcohólicos: depresión, ansiedad, dependencia de sustancias, engaños, etc.
De padres alcohólicos, madres histéricas e hijos dependientes
De madres alcohólicas, padres frustrados e hijos agresivos
Sufrir una enfermedad como el alcoholismo es sumamente doloroso lo segundo más doloroso es quienes amas también sufran
En nuestra sociedad (venezolana) un padre alcohólico está maquillado por la búsqueda desesperada de estabilidad intentando hacer familia
Lo que produce un alcohólico no es temporal, es sumamente duradero; la pena y el temor duran años incluso hasta la próxima generación
Confrontar la enfermedad del alcoholismo en familia es difícil, implica admitir que todos están un poco enfermos
Hay dos etapas al convivir con un alcohólico, la contaminación y la desintoxicación… Ambas dolorosas
Decidir convivir con un alcohólico es reflejo de las propias fragilidades; para empezar hay que alejarse de la kriptonita.